Perdedores muy ganadores
El pasado domingo Dominic Thiem se convertía en el primer jugador ATP nacido en los años 90 en levantar un trofeo del Grand Slam . Era su cuarto intento en una final de este calibre y la primera en la que partía como favorito, ya que en las otras tres disputadas, dos fueron en Roland Garros contra Nadal y una en Australia contra Djokovic. La final de este domingo, hablando puramente de calidad tenística, fue su peor actuación de las cuatro que ha disputado. El austriaco comenzó muy errático y visiblemente tenso, situación que Zverev aprovechó a la perfección para hacerse con los dos primeros sets y contar con break arriba en el tercero, diferencia que a estos niveles es casi una sentencia de muerte. Sin embargo el número tres mundial siguió creyendo en sus posibilidades, esperando un bajón del alemán que le diese la oportunidad de agarrarse al partido. Dicha oportunidad llegó, y el partido pasó de ser un monólogo del tenista germánico a una batalla mental de más corazón que calidad